El (no) concierto de Justin Bieber



Un concierto no es sólo el espectáculo musical  en sí, es un conjunto, una experiencia que comienza antes de entrar al recinto.
Pues bien, tras una larga espera (casi un año, dado que las entradas salieron a la venta en diciembre del año pasado) Justin Bieber puso un pie en Barcelona, y un día después, lo hizo en Madrid.

Como para poder contarlo, primero hay que vivirlo, así fue desde dentro:

PURPOSE TOUR, MADRID 23//11//16


El Barclaycard Center, habiendo acogido eventos de similar magnitud, peca de desorganización y desinformación.
No voy a culpar a los trabajadores del Staff (los de los chalecos amarillos) porque en realidad no se quienes estábamos más perdidos: si ellos o nosotros. La mejor ayuda acabó viniendo de la gente que ya estaba haciendo cola.
Pero esto no acaba aquí: la apertura de puertas estaba prevista para las siete de la tarde, y acabaron abriendo tres cuartos de hora más tarde, mientras los teloneros tocaban para los afortunados que habían conseguido entrar ya.

Hablando de los teloneros, su función básica es darse a conocer ante un público que les puede ser afín. En su gira Justin a contado con grandes teloneros ( Zayn Malik, Martin Garrix...)
En Madrid abriendo el show estuvieron:

  •  MiC LOWRY, cinco chicos británicos cuyas voces empastan de una manera increíble
  • The Knocks, quienes pusieron al público en pie (personalmente, no son para mi)
Sinceramente, para lo caras que son las entradas, nada de que dejase con la boca abierta.

Por fin llegó el momento Justin. No podemos negar la producción tan inmensa del show: desde la forma del escenario, el juego de pantallas, luces y lasers, pirotecnia e incluso una cama elástica que desciende de los cielos.
 Mención especial al cuerpo de baile que lleva las riendas del espectáculo de un Justin Bieber que apenas marcaba los pasos de las coreografías.
Tal era el nivel de producción que "cantaba" encima de su propia grabación (porque en más de una ocasión y gracias a las pantallas gigantes, podíamos ver claramente como se quitaba el micro de la boca y el riguroso playback seguía sonando). Exceptuamos las tres canciones en acústico que interpretó.

Apenas regaló una media sonrisa a un público entregado, al que pagó con desgana en todos los sentidos.
Las palabras que dedicó a sus fans, aunque haya gente que piense que le salieron del corazón, a mi me parecieron salidas de un guión, preparadas para contentarnos.

Mi decepción llegó a tal punto que incluso nos fuimos antes de que acabara, justo antes de que cantara Sorry. No me desilusioné solamente por su actitud, sino porque no es un concierto barato, y además me di cuenta de que tiene un apoyo por parte de sus fans que no se merece.
Podemos intentar justificar su comportamiento de mil maneras para intentar exculparlo, pero de esta forma lo único que conseguimos es darle la oportunidad para que siga haciendo lo que hace.

En definitiva, este concierto me ha hecho replantearme muchas cosas. Dicen que mejor no conozcas a tus ídolos, pero en el caso de Justin me ha sido suficiente con asistir a uno de sus shows.

El mismo concierto, pero desde otro punto de vista aquí: "Si lo sé no vengo" resumen del Purpose Madrid

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