Descubriendo: San San Festival


Mientras en el otro lado del mundo  la gente disfruta del archi-conocido Coachella, aquí en España la vacaciones de Semana Santa, desde hace cuatro años, son sinónimo de San San Festival.
No está nada mal empezar la primavera asistiendo al festival que da el pistoletazo de salida a la temporada festivalera.




Vamos al grano:
Después de recoger nuestras pulseritas accedimos al recinto, preparados para cuatro días de buena música.

Cómo nos caracterizamos por post cortos y concisos, me centraré en los dos conciertos que más me sorprendieron.

23:45, DÍA 1, MISS CAFFEINA


Frescos, con aires de pura actualidad, mostraron con todas sus armas el directo más impresionante; con canciones de su último disco y canciones del pasado, que supieron llegar con un punto retro al selecto público de todas las edades. Un grupo, que con su entusiasmo y su manera de disfrutar, nos llevaron a Detroit y nos dejaron con ganas de más y más.
Consiguió atrapar al público con su cercanía y mostró su lado más simpático bromeando con esos bises que en los festivales no existen. Tiene un rollo muy divertido, aunque no todo el público supo pedirle eso que lleva a un bis, al grito de "otra, otra, otra" (quiero pensar que, tal vez, no lo entendieron). Una pena, aunque él sí que nos regaló su última canción, habiendo antes agradecido de manera muy top los no-gritos de la peña.
Además, anunció que su próximo single será Oh!Sana, con una colaboración especial que tendremos que esperar a este Viernes 21 para conocer.


23:45, DÍA 2, LEIVA


(Esto pasa muy deprisa, una pena.) Y nos vamos con Leiva en el segundo día de festival, lleno hasta la bandera y no defraudó. Una de esas bandas que no pasan de moda, aunque de Pereza nazca Leiva. Buena música envuelta en melodías con un sello especial, dejando paso a una libertad creativa que hace que destaque el resultado final. Al igual que otros artistas, utilizó un registro cronológicamente amplio y en el que se aprecia la evolución de sus letras y sonidos.
Fue muy curioso como el vocalista pidió a todos los presentes para su última canción algo que se convirtió, tal vez, en el momento más espectacular de la noche: en una vuelta al pasado, cuando los conciertos se vivían sin un móvil en las manos. Y así fue, no hubo móviles ni pantallas, sólo una banda mítica que nos trasladó a esos maravillosos años.
Leiva tras una década sin pisar un festival eligió el San San para deleite de los presentes.

DÍA 3 Y 4

Cuatro días de festival dan para mucho y nosotros decidimos vivir los dos últimos, gracias a Leiva, sin móviles ni cámaras, solo la música y las sensaciones que se despiertan al cien por cien, que nos permitieron guardarlo en nuestro recuerdo e impregnarnos del ambiente más puro de diversión, Lo siento, el documento gráfico está en mi disco duro personal; pero puedo decir que cada segundo de imágenes y sonido mereció la pena vivirlo con libertad. Aunque suene raro e incoherente, por la parte que me toca, es una sensación que experimentarla no tiene precio.

IMPRESIONES GENERALES:

Todo lo que rodea a este tipo de eventos es importante, forma parte del conjunto y os puedo contar entre otras muchas  cosas que: el recinto se quedó tal vez un poco pequeño para tanta gente, gente de muchas edades y en plan familiar; y es que no solo hubo dos escenarios ,el negrita, muy bien posicionado (lo digo por la gente que somos hobbits) y ,el desperados, más bien destinado a un público de altura porque si estás detrás, muy detrás, los árboles no dejan ver el paisaje y sólo te queda bailar a ritmo de la música (con un volumen ideal sin ser excesivo, ni escaso) 
Food trucks se abren paso en medio del recinto entre la música y acompañadas con diferentes puestos de bebida para calmar la sed y el hambre que provocaron  el ritmo imparable y el calor primaveral de esta localidad mediterránea.
Para terminar, y como suele pasar en estos festivales, una crítica a los staffs que una vez más exageraron su trabajo y para mi gusto actuaban sin pensar. En esta ocasión, a mi amigo le quisieron impedir la entrada por llevar en su mochila una mini linterna (que tenía como propósito iluminar nuestro camino hasta la entrada puesto que la luz es escasa y el camino poco acondicionado) puede que creyesen que era la espada láser de Darth Vader. Pero lo mejor es que no sólo nos sucedió a nosotros esta situación tan surrealista: hablando con un grupo de chicas que entraban detrás, contaban que a ellas les habían hecho tirar sus maquillajes.

Sea como fuere, una gran experiencia que ojalá podamos repetir el año que viene; porque para contarlo, primero hay que vivirlo desde dentro.

Agradecer a El Rescate Musical, El Joven Tintero e IndieGentes por su intermediación y simpatía, pero sobre todo a la organización del San San que hizo posible este macro-concurso que permitió a mucha gente disfrutar de este pedazo de festival.

¡¡Hasta el próximo festival!!



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